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Cada día se consumen alrededor de dos mil cuatrocientos millones de tazas de café en todo el mundo.

Para satisfacer esta gran demanda, millones de personas cosechan toneladas de granos de café.

Pero, ¿cómo se producen ciento setenta y cinco mil frascos de café cada día?

Visitamos a la fábrica de Nescafe para descubrir cómo se elabora uno de los productos más populares del planeta.

El café es la segunda bebida más consumida del mundo, después del agua.

Se cree que fue descubierto por un pastor que notó que sus cabras se volvían más activas al comer ciertos granos.

El cultivo del café tiene más de mil años de historia y hoy se produce en más de sesenta países.

¡Comencemos!

Nestle obtiene sus granos de café de calidad premium de las principales regiones productoras de café en el mundo,
incluidas fincas en Brasil y Vietnam,
famosas por su calidad excepcional.

Las plantas de café florecen primero con delicadas flores blancas,
en una fase efímera que dura apenas unos pocos días.

A lo largo de los siguientes seis a nueve meses,
esas flores maduran hasta convertirse en vibrantes cerezas rojas,
señal de que los granos en su interior están listos.

Los agricultores vigilan de cerca las plantas, conscientes de que el momento debe ser perfecto.

Cuando alrededor del noventa y cinco por ciento de las cerezas están rojas y sólo quedan unas pocas verdes,
es hora de cosechar.

Aunque en algunas fincas todavía se cosechan las cerezas de café a mano,
este método es lento y caro, poco ideal para operaciones a gran escala.

Por ello, las fincas más grandes como esta utilizan una cosechadora especializada,
rápida y eficiente, que hace el trabajo sin sudar una gota.

A medida que la máquina pasa sobre la planta de café,
mil quinientas varillas vibradoras en cilindros giratorios sacuden suavemente las ramas mientras avanzan.

Cada varilla vibra hasta mil veces por minuto,
haciendo caer las cerezas maduras en unas bandejas en forma de pez debajo de este.

En apenas dos o tres segundos por árbol,
esta cosechadora permite recolectar hasta sesenta sacos de cerezas en unas cinco horas,
agilizando enormemente un trabajo que antes requería días a mano.

Una vez recolectadas las cerezas maduras,
la máquina utiliza cintas transportadoras con lamas para transferirlas a tolvas.

Estas tolvas funcionan como almacenamiento mientras los tractores llevan las cerezas al molino húmedo,
entre ocho y doce horas después de la cosecha.

Las cerezas de café comienzan su transformación en el molino húmedo.

Primero se vierten en una gran tolva en H que las dirige hacia un separador por gravedad,
un tanque de agua que distingue entre cerezas maduras y las menos maduras.

Las más pesadas y llenas de sabor se hunden,
mientras que las inmaduras flotan y se descartan o se emplean para otros usos.

Desde allí, las cerezas pasan sobre tambores giratorios recubiertos de una superficie rugosa.

Estos tambores presionan suavemente las cerezas contra placas fijas,
separando la pulpa jugosa de los preciados granos de café en su interior.

Después del despulpado, los granos de café conservan una capa viscosa llamada mucílago.

Para eliminarla, se transfieren a tanques de fermentación,
a menudo revestidos con azulejos de cerámica,
donde agua de montaña limpia hace su magia durante doce a veinticuatro horas.

El agua descompone el mucílago de manera natural, este paso requiere mucho cuidado pues los agricultores vigilan de cerca para que los granos no se sobrefermenten ya que un leve error podría afectar su gran sabor.

Cuando la fermentación ablanda el mucílago,
los granos están listos para lavarse.

El proceso comienza con una inspección sencilla pero crucial.
El agricultor revisa los granos a mano para verificar que la superficie esté lo bastante suave.

Una vez satisfecho, se añade más agua fresca al tanque de fermentación,
sumergiendo por completo los granos.

Luego, con una herramienta de madera larga,
el agricultor remueve con fuerza, restregando la sustancia pegajosa.

Este paso es esencial para lograr la capa de pergamino limpia que protege el grano.

A medida que el agua se llena de mucílago suelto,
se vuelve turbia, clara señal de que el proceso funciona.

A menudo se repite el enjuague, drenando el agua sucia y rellenando el tanque hasta que los granos queden perfectamente limpios.

Ya lavados, los granos de café toman un baño de sol para secarse,
luego se esparcen de forma uniforme sobre superficies planas,
a veces a la sombra, para protegerlos de cambios repentinos de clima.

A lo largo del día los agricultores usan rastrillos para mover los granos garantizando que se sequen de manera uniforme.

En este punto el café entra en una máquina de descascarado,
donde la capa resistente se retira con cuidado,
revelando por fin los vibrantes granos de café verde en su interior.

Tras el descascarado, los granos, ahora llamados granos de café verde,
se preparan cuidadosamente para su almacenamiento.

Luego, se guardan en almacenes ventilados para mantenerse frescos y protegidos de plagas y humedad,
hasta que llegue el momento de llevarlos a la fábrica de Nescafe.

Una vez que los sacos de granos de café verde llegan a la fábrica de Nestle,
se retiran de los remolques mediante un brazo robótico especializado equipado con una garra araña que levanta sin esfuerzo los sacos y los coloca sobre una cinta transportadora extensible.

Mientras los sacos avanzan por la cinta,
otros brazos robóticos los empujan para posicionarlos correctamente.

Aquí es donde desarrollan su característico aroma y sabor:
los granos se vierten en un tambor giratorio de doble pared,
calentado a temperaturas que oscilan entre trescientos setenta y quinientos cuarenta grados Fahrenheit.

En el interior, paletas mantienen los granos en movimiento constante para que se tuesten de forma pareja sin quemarse.

Dependiendo del perfil de sabor deseado, el tostado puede durar entre ocho y veinte minutos.

Un dato curioso es que el tiempo de tostado influye mucho en el nivel de cafeína:
los tuestes claros, que permanecen menos tiempo en el tambor,
retienen más cafeína;
en cambio los tuestes oscuros tostados por más tiempo contienen menos cafeína pero ofrecen sabores más intensos.

Al finalizar el tostado, los granos se vierten en una gran bandeja de enfriamiento donde un ventilador potente sopla aire desde abajo mientras paletas giratorias los remueven.

Permanecen ahí unos cinco a diez minutos para detener el proceso de tostado y fijar su sabor.

Una vez enfriados, los granos pasan automáticamente a un molino industrial que los convierte en un polvo grueso.

Luego este polvo se prepara como un extracto líquido de café muy concentrado,
usando vapor y presión.

A partir de aquí el extracto líquido se somete a uno de dos métodos de secado.

El secado por aspersión, en donde el método de "spray-drying",
el extracto líquido de café entra en un enorme secador por aspersión.

Dentro, el extracto se pulveriza a través de una boquilla de alta presión,
convirtiéndose en una fina niebla de gotitas de café.

Al mismo tiempo, aire muy caliente evapora instantáneamente la humedad de esas gotitas.
El resultado son diminutas partículas sólidas que caen al fondo,
formando un polvo fino que conocemos como café instantáneo,
listo para disolverse en su taza.

En este punto los granos de café secos pasan por el área de envasado,
se depositan en grandes sacos de almacenamiento y se llevan por una cinta transportadora para llenar los frascos.

A medida que los frascos avanzan a gran velocidad por la línea,
cada uno se llena en menos de un segundo.

Algunas fábricas de Nescafe pueden llenar hasta trescientos veinte frascos por minuto o más,
o doscientos cincuenta mil frascos diarios.

Justo después de llenarse, el frasco se sella al vacío para conservar la frescura,
asegurando que cada cucharada de Nescafe sea tan sabrosa como el día en que se produjo.

Luego, se aplica una tapa sobre el sello y el frasco continúa su camino para recibir la etiqueta.

A estas alturas los frascos de café están listos para ser enviados a las tiendas,
acercando la magia del café instantáneo a todos.

Como ves, el proceso de transformar las cerezas de café en el café instantáneo,
que disfrutan millones de personas,
es sumamente complejo.

Sin embargo, cada paso es fundamental para asegurar que cuando viertas tu taza sea nada menos que la perfección del café.

Gracias por ver el vídeo.